©Mauro Di Si
Hola,
Te escribimos para plantearte una pregunta crucial: ¿dónde han quedado los valores de solidaridad y justicia que deberían ser los cimientos de la humanidad?
Este interrogante ronda nuestra mente con frecuencia en estos últimos meses. Surgió a bordo del Open Arms, en nuestro regreso de Chipre, tras la misión de Gaza hace unos días. Por eso nos detuvimos en Cartagena, para denunciar y bloquear las embarcaciones que transportan armas destinadas a Israel. Porque la paz es la única solución.
Somos testigos de un genocidio que no cesa en Gaza, con la complicidad de la comunidad internacional. Es una barbarie que se ha cobrado la vida de más de 35.000 personas, en su mayoría mujeres y niños, víctimas inocentes de un siniestro plan criminal, respaldado por las principales potencias.
Nos lo preguntamos durante nuestra misión 110 en Gaza, donde nos embarcamos en la difícil tarea de establecer un corredor humanitario marítimo para impedir que el hambre se usase como arma de guerra contra un pueblo indefenso.
Y fue allí donde nuestros siete colegas de World Central Kitchen fueron asesinados impunemente, víctimas inocentes de una espiral de violencia que parece no tener fin.
Pero la pregunta no es reciente, surgió hace más de 8 años, ante la inacción de la UE frente a las decenas de miles de personas que han perdido la vida en el Mediterráneo mientras intentaban llegar a un refugio seguro para vivir en paz. Solo este año, más de 886 personas han fallecido en esta enorme fosa común en que han convertido nuestro mar. Son ya más de 30.000 personas en estos últimos 10 años.
HAZTE MIEMBRO
Vemos cómo, lejos de los focos, miles de personas sobreviven en condiciones inhumanas en campos de concentración en Túnez y Libia financiados con millones de dinero público por los gobiernos europeos.
Pero no nos limitamos a hacernos preguntas. Seguimos y seguiremos luchando y alzando la voz. Hasta que el genocidio en Gaza llegue a su fin. Hasta que ninguna vida más se pierda en el Mediterráneo. Hasta que se garanticen vías legales y seguras para la migración.
Por eso, y para seguir con nuestro compromiso de no dejar ninguna vida a la deriva, en unas semanas nuestro velero Astral zarpará rumbo al Mediterráneo Central en misión de observación, vigilancia y denuncia. Mientras tanto, seguimos con las labores de mantenimiento a bordo del Open Arms, tras nuestras misiones en Gaza, para regresar lo antes posible a lo que se ha convertido en la mayor fosa común del planeta.
Si tú también te has planteado nuestras mismas preguntas y quieres que la palabra humanidad siga teniendo sentido, te pedimos que nos acompañes, que te conviertas en miembro de Open Arms para seguir luchando por un mundo más justo, más solidario y más humano.
HAZTE MIEMBRO
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